La falta de cultura vial se centra en este tipo de conductores, a quienes la impaciencia y la envidia han cegado por completo y hacen de nuestros trayectos un verdadero martirio, eso sin mencionar los peligros que generan con sus malas costumbres al volante.
Todos nos hemos encontrado con los conductores que nos ponen a pensar que fuerza divina fue la que les permitió estar detrás del volante de un automóvil en nuestras calles, porque sabemos que las autoridades no tienen algún tipo de control sobre ellos. Entendemos que nuestras vialidades no son de primera, existen muchas inconsistencias en las calles y en las vías que nos trasladan diariamente a nuestro destino, pero también es cierto que compartimos calle con muchos individuos que, adicionalmente al mal estado de la infraestructura vial, presentan comportamientos erráticos que entorpecen aún más el andar, provocando embotellamientos y hasta accidentes.
Así que nos hemos dado la tarea de mencionar algunos de estos conductores, con el simple propósito de hacerlos entrar en razón, si es que se reconocen haciendo alguna de estas maniobras en nuestras calles, todo por el bien común.
Los ‘nomás la puntita’
Este tipo de conductor se aproxima a cualquier cruce, proyectando el frente de su vehículo, con la única intensión de ?ahorrar tiempo? mediante una trágica ejecución del infame laminazo.
Generalmente, invaden la zona peatonal, con el sólido argumento que la vuelta a la derecha es continua, independientemente del estado del semáforo, bloqueando la circulación proveniente con derecho de paso. También son muy conocidos entre las calles sin señalización de semáforo en donde sin importar la longitud de su vehículo, asoman de manera exagerada para poder estar seguros del tráfico que viene.
Con un camión, un vehículo con frenos en mal estado o un conductor distraído se puede provocar un accidente que se podría haber evitado, con el simple y maravilloso recurso de la paciencia.